jueves, 10 de abril de 2008

"El Olivo"


Ayer, cuando estaba en el pequeño campo que tienen mis padres, me dije: - Vamos a ver como anda la floración de los olivos... (Soy alérgica al polen de estos árboles, de ahí el interés en verlo).

No son muchos los olivos plantados, serán unos 5 ó 6 y da la casualidad que están en hilera. Hay en los extremos de esta, dos olivos centenarios y en el centro, otros plantados hace unos años.

Empecé viendo las flores del más lejano a la verja de entrada, terminando en el más cercano a esta.

La tierra estaba removida y seca, a cada paso que daba, esta crujía y mis pies se hundían dejando mi huella.

Puse mis manos en su piel... esa corteza dura y cuarteada, miré hacia arriba y vi como entre sus ramas el sol se filtraba, observé que en su tronco, vivían otras criaturas: caracoles minúsculos y grandes, arañas... incluso tenia parásitos que lo enfermaban, era un microcosmos como en el mundo en que vivimos pero todo se limitaba al árbol. Recorriendo con mi vista su piel resquebrajada, llegué a un recodo que me dejaba ver a través de él, sin dejar de tocarlo, fui girando hacia el lado contrario y allí me percaté de que su interior estaba hueco, era como si su alma... se encontrara vacía.Dentro, había caído un trozo de madera, hojas y otros elementos, me transmitió soledad, poco interés por la vida; su interior estaba vacío y triste. Toque sus pies que se hundían en la tierra, formando esas raíces que vivían en ese mundo subterráneo que yo no podía ver. En un costado de su tronco, un orificio dejaba ver una madera suave y lisa, era el hueco exacto para mi mano, introduje esta en él y lo sentí, era como la piel que tuvo en otra época, cuando era más joven, aún vivía en él esa parte, que aunque oculta por la experiencia de los tiempos, seguía latente en su interior. En sus pies otras plantas crecían como acompañándolo, dándole cariño y a la vez, buscando su protección al ser más grande y fuerte. No estaba solo, los pequeños seres que vivían en el y cerca de el formaban una simbiosis especial, un intercambio que sólo ellos pueden entender y experimentar.
El siguiente árbol, era joven, tenía una piel tersa, pero empezaba a cuartearse.

El tercer olivo... era de la misma edad que el anterior, también su corteza era muy suave y no estaba cuarteada, se veía flexible y no tan duro y recto como el primero, como todos los seres vivos en su juventud, era flexible y abierto a la vida, sin tener la experiencia y la sabiduría que proporcionan los años, estaba dispuesto a vibrar con el viento, se podía doblar y su piel tanto como su alma no estaba curtida por los avatares de los años. Al tocarlo, puede sentir como la savia, se impulsaba por su interior...
Fui así viéndolos, hasta llegar al 2º y último árbol centenario, se parecía al 1º, pero su tronco... no estaba hueco, miré sus ramas y observé que excepto dos ramas fuertes y con la misma piel que el tronco, el resto de ramas eran jóvenes, como si siendo tan viejo como el 1º, su alma se elevara hacía el cielo con la misma fuerza y alegría de la juventud, con esa flexibilidad de los primeros años, pero con la experiencia de los cientos de años vividos.

Regresé al 1º y pude observar, que la mayoría de sus ramas eran secas y duras, como un ser en su senectud, al que se le acaba por momentos la alegría de vivir.

Volví al más alejado de la verja y lo sentí, lo rodeé con mis brazos, apoye mi cuerpo y mi rostro sobre él, aunque aspero y un poco punzante, lo abracé con ternura y así permanecí un tiempo, un regalo mutuo de la naturaleza, dos seres distintos... "yo lo abrazaba, él se dejaba abrazar, pero al permitirme hacerlo, dándome algo muy importante...su energía".

¡Ah! De las flores que mi vista pudo alcanzar, todas estaban cerradas, excepto una, la primavera está comenzando para el olivo y para los alérgicos también.












2 comentarios:

lipe dijo...

me parece bien

josé javier dijo...

Mar,ha sido una suerte encontrar tu blog, porque, ¿sabes? yo también abrazo a mis árboles. Probablemente sea porque tenemos algo en común: sabemos mirar, fijarnos en la naturaleza que nos rodea, disfrutar con ella... Te seguiré leyendo. J.J.