sábado, 28 de abril de 2012


A la deriva



Su voz se quebró por el llanto. La emoción era su pena. Un rayo surco el cielo y tronando le grito a ella - ¡Tienes que seguir! ¡No pares! Bastante has pasado como para mirar atrás. No vale la pena-. Continúo  la tormenta y en su pecho desgarrada su alma, gritaba con fuerza - ¡Sigue adelante! ¡Sigue! ¡No pares! ¡Que ya estamos cerca!
Miró a lo lejos. Vio brillar una estrella. Intentando seguirla, a cada paso que daba se disipaba la niebla. Sus ojos de sal enjugados,  vieron que  la luz que la alumbraba era un faro de la costa Portuguesa. ¡Ay! barquilla que desgarrada lucha a duras penas, temiendo naufragar y perder a los hombres, que exhaustos dan la vida por ella. Y cuando todo se creía perdido, cuando  todo era vacío para ella, oyó una voz desde otro barco, que venía a socorrerla.

jueves, 26 de abril de 2012


Cumpliendo deseos

Suenan los acordes de una guitarra y eso hace recordar que yo me fui primero. Que estaré esperando para recibirte en lo más alto del firmamento. Veremos amaneceres, veremos atardeceres, rompiendo colores nuevos. La Giralda de mi ciudad, la sierra, el mar... todo quedó atrás, el paisaje es distinto no por eso ni más, ni menos bello.
Olores a tierra mojada, perfume de albero, junto con incienso de patchouly y azahar con romero.
Guindillas que en la boca se deshacen en ardiente beso ¿Para que agua? Si me gusta lo que estoy sintiendo.
Sentirme vivo es lo que ansió después de muerto.
Y correr veloz por la autopista, al son de la música que estoy oyendo. Como Sultans of Swing, llego a un destino nuevo. No llevo, me llevan de la mano al lugar de mi nacimiento, donde las Meigas cantan en noches de sortilegio.
Siento por mis venas la música y sin embargo estoy muerto. El canta y toca para mi. Dire... Dire Straits, The Sultan Of Swing de mis sueños. Ahora por fin vuelvo a nacer, convertido en hombre nuevo.

jueves, 7 de julio de 2011

In memorian de Ernest o Ernesto Hemingway


Aquel sonido. ¡El Chupinazo! ¿Era el Chupinazo? Ese disparo lo tiñó todo de rojo, imágenes de una vida que pasaron rápidas como en un celuloide. Días de gloria, celebrando los Sanfermines. Fotógrafos robando momentos de una vida, que reflejaban instantes efímeros de felicidad. En la habitación del hotel tras la puerta, una dama con el, la soledad. Ni el alcohol, ni las mujeres más hermosas del papel cuché, lograban apartar el vacío que dejaba en su alma la fama. Allí en lo alto, viéndolo todo como un Dios y a la vez como el más miserable de los humanos. Su mano tomó el frío metal, cuando lo posó en su sien transmitió la misma sensación de frialdad. Un gesto de su dedo índice, acabó con la película de su vida, rojo sobre el blanco de su barba. Un disparo que como el chupinazo, daba lugar al encierro de su paso por el mundo, o tal vez… al comienzo.

domingo, 6 de junio de 2010

'El Tango'


Una música imaginaria empezó a sonar. Los dos se miraron. El se acercó a ella, posándole su mano completamente abierta en la espalda y le susurro al oído: - “Un tango”. La delicada mano de ella voló hacia el hombro de el. Las manos que tenían libres se unieron sujetándose fuertemente.

Sus mejillas pegadas una a la otra. Sus miradas al frente, perdidas en el pensamiento de ir juntos hacia delante, pero sin mirar el suelo, con la seguridad de saber dónde se quiere llegar, dando la impresión de una mutua autosuficiencia.

De repente… el se detiene bruscamente, atrayéndola hacia su cuerpo, como queriendo protegerla de algo desconocido, ella en su medio giro, se encuentra con la mirada de el, desliza una de sus piernas hacia atrás como en una sutil huida, pero el rápidamente la vuelve a atraer hacia su pecho.

Las piernas de ambos se entrelazan y marcando los compases de una música invisible a los oídos, continúan danzando. Ella intentando la huída, el aferrándola con más fuerza, en un cortejo que no acaba.

Inusitadamente se separan, el parece desinteresado, se marcha. Entonces ella va tras el, lo sujeta de una mano de la cuál el tira con fuerza, haciéndola caer, en un movimiento rápido el la sostiene por la espalda y la va elevando, en esta ascensión los dos se clavan sus miradas.

Cuando por fin están uno frente al otro. La música cesa, el Tango se acaba…